La ciudad corre atemorizada tras el rumor del derrumbe de un sistema que ha sabido castigar a muchos y beneficiado a algunos pocos, pero en fin que es el sistema establecido por los que manejan al mundo y a ese tenemos que adaptarnos sino seremos los caídos del mismo.
Pero otro tema llega, viene por la ciudad pasándose de rumor en rumor, en secreto como si aquella silenciosa noticia llevara consigo el estruendo que vendrá a despertarlos a todos. La futura presidencia de Estados Unidos viene a colmar la calma de cada ciudadano, un tema que parece despertar a una población que había estado adormecida convencida que lo que elija su gobierno seria únicamente para el bien de sus ciudadanos, claro siempre y cuando el mutilado, el niño muriendo de hambre, la madre con su hijo perdido le pertenezca únicamente al extranjero.
Esta claro que la reconstrucción de un nuevo sistema es necesario pero quizá también la gente se ande preguntando si seremos mejores o peores gobernados por un Afro-Americano. Las elecciones presidenciales parecen despertar en la gente sentimientos de angustia, felicidad, rabia y entusiasmo que llevan prendidos del alma a cada habitante norteamericano. Todos suelen estar convencidos de sus argumentos defendiendo a su justo candidato aquel que los va a salvar de la hipoteca, de la pérdida de su vivienda, de la crisis financiera que un gobierno anterior ha dejado.
Yo, me voy con calma pensando que alguna otra crisis peor en mi país he pasado y como ya he sobrevivido a otras tantas esta no me puede robarme la calma. Pienso en la inmensa y angustiosa incertidumbre por la que se sumerge el mundo y mi malvada conciencia se ríe de que alguna vez a ellos les allá tocado.
